Qué es la diabetes
La diabetes es una enfermedad crónica que ocurre cuando el páncreas no produce suficiente insulina o el cuerpo no la utiliza correctamente, lo que puede causar hiperglucemia y daños a órganos y sistemas, especialmente nervios y vasos sanguíneos. En 2022, el 14% de los adultos mayores de 18 años vivían con diabetes, un aumento respecto al 7% en 1990.
Más de la mitad de los adultos con diabetes no recibían tratamiento, especialmente en países de ingresos bajos y medianos. En 2021, la diabetes causó 1,6 millones de muertes directas, y otras 530,000 por complicaciones como la nefropatía diabética. A pesar del aumento en la mortalidad por diabetes desde 2000, entre 2000 y 2019 la tasa de muertes por enfermedades no transmisibles en personas de 30 a 70 años disminuyó globalmente un 20%.
La diabetes y su relación con la alimentación
La alimentación juega un papel clave en el control de la diabetes, ya que los alimentos que consumimos afectan directamente los niveles de glucosa en sangre. Una dieta equilibrada puede ayudar a mantener los niveles de azúcar estables, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida. Se recomienda:
- Consumir carbohidratos complejos (granos integrales, legumbres) en lugar de azúcares simples.
- Incluir fibra para ralentizar la absorción del azúcar.
- Controlar las porciones de alimentos ricos en carbohidratos.
- Evitar alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas.
- Optar por proteínas magras y grasas saludables.
Una alimentación adecuada, junto con la actividad física y el control médico, es fundamental para manejar la diabetes de manera efectiva.
Importancia de una dieta balanceada.
Una alimentación adecuada debe incluir las cantidades correctas de macronutrientes (carbohidratos, proteínas y lípidos), micronutrientes (minerales y vitaminas) y agua, para satisfacer las necesidades fisiológicas individuales. Se recomienda una distribución de:
- 55-60% de carbohidratos
- 12-15% de proteínas
- 25-30% de lípidos
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